Reflexión

viernes, 9 de octubre de 2009

Leí el pasado miercoles un artículo de opinión en EL Mundo publicado por Pedro G. Cuartango, y me parece interesante su lectura como reflexión.

"NO SÉ si me estoy volviendo paranoico, pero tengo la sensación de que la sociedad española está siendo víctima de un contagio mucho peor que el de la gripe A: el de la indiferencia, la pasividad, la aceptación fatal de lo que sucede a nuestro alrededor.

Las encuestas no pueden medir este fenómeno que se expresa en pequeños signos de la vida cotidiana, pero que está profundamente interiorizado en las conciencias.

Los españoles -que éramos un pueblo rebelde, indisciplinado e individualista- nos hemos convertido en un colectivo sumiso, políticamente correcto y con miedo a defender nuestras opiniones en público cuando difieren de las dominantes.

Estos signos corresponden, en parte, a la sociedad de masas a la que hacía referencia Ortega y Gasset, que pensaba que el hombre perdía sus principales valores en una civilización tecnificada y consumista.

Pero creo que, además de ese espíritu del tiempo, hay en la sociedad española una peligrosa tendencia a la abulia, a la aceptación pasiva de las injusticias y los abusos del poder. Nos estamos volviendo cada vez más egoístas, sea por la crisis económica, por el bienestar material del que todavía disfrutamos o por la telebasura que nos acecha.

Descendiendo al terreno de lo concreto, he visto en la calle hace pocos días cómo la gente pasaba de un anciano desorientado, que pedía ayuda lastimosamente mientras los viandantes miraban para otro lado. Es la misma actitud de quien asiste pasivamente a un atropello en su trabajo o de quien no se atreve a intervenir cuando unos gamberros molestan a una inmigrante en un vagón de metro.

Si somos incapaces de reaccionar ante lo que acontece a nuestro lado, no cabe sorprenderse de la indiferencia con la que observamos la corrupción, la manipulación y los abusos de los gobernantes.

Los dos partidos mayoritarios, PSOE y PP, ni siquiera se molestan ya en guardar las formas y contemporizan con escándalos que provocarían sonrojo al más consumado de los sinvergüenzas. ¿A qué esperan Camps, Costa y Rambla para dimitir?

Hemos llegado a interiorizar que en política vale todo: ahí está la desastrosa gestión de Zapatero, que va camino de los cuatro millones de parados tras prometer pleno empleo. O el despilfarro de los dirigentes autonómicos que gastan cantidades astronómicas en arreglar sus despachos o en estudios que para nada sirven. O peor todavía, la degradación de nuestro sistema educativo.

Nadie es responsable de nada, pero lo peor es que tampoco parece importarle a la gran mayoría de ciudadanos que ha optado por refugiarse en lo privado tras abdicar de la política.

España es un país en decadencia, como lo era en 1898, pero ahora simulamos que todo va bien porque nadie quiere ser acusado de catastrofista o de carca. Casi todo tiene remedio, pero hay que empezar por despertar esas conciencias adormecidas para salir de la confortable apatía que nos empuja hacia la autodestrucción"

2 comentarios

Blogger-Algete dijo...

El artículo es muy bueno. Creo además que muy acertado. Y por desgracia muy descriptivo de la situación que vivimos en Algete.
Cuando un ciudadano dedica 3 de cada 4 palabras que lanza a justificar lo que quiere criticar en la cuarta. Es que algo no funciona.
Hablo con algeteños y algeteñas de lo que pasa en Algete, en Madrid y en España. Y no entiendo que para hablar de Algete, Madrid o España tengan que iniciarse las conversaciones diciendo lo que uno es o no es, políticamente hablando.
Existe una falta de madurez democrática que me preocupa ya que es causa de lo que describe el artículo: "nos hemos convertido en un colectivo sumiso, políticamente correcto y con miedo a defender nuestras opiniones en público cuando difieren de las dominantes".
Así, sinceramente, ni Algete, ni Madrid, ni España avanza. Nos rodeamos de políticos pésimos y los aceptamos ya que "son de los nuestros".
Mis político son los que lo hacen bien. Sean del signo que sean. PP o PSOE o IU. Y por supuesto, no empiezo ninguna conversación diciendo lo que soy o negando ser de otros. Algete, Madrid y España no merecen eso. Y no lo hago.
Un saludo Eco.
Jorge.

11 de octubre de 2009, 22:08
Anónimo dijo...

Estoy en parte con lo que este artículo nos dice, pero en otras no. en España, en Madrid, en Algete se sigue sin dejar de protestar, sin dejar de quejarnos, se sigue intentado que la gente entienda que no todo es culpa del otro y que todos tenemos culpas y responsabilidades que debemos resolver y asumir.

Casi todas las cosas son "verdades a medias" sólo se resalta lo que a cada uno le interesa para barrer hacia su sitio. Por ejemplo tema paro y ZP ¿sólo es culpa del Presidente de un Gobierno? creo que no, con esto no quiero decir que la gestión de la crisis esté siendo buena, pero tampoco nefasta, que es un tema mucho más profundo para que una sóla persona cargue con toda la responsabilidad. Acaso ZP sabía que íbamos a pasar por una crisis de este grado cuando prometió pleno empleo? creo que ni él ni nadie y si se quiere hacer creer lo contrario es mentir.

Caso PP y Gurtel ¿es sólo un problema de dimisión de Camps o Costa,o Pepe o Juan o ....? pues sinceramente creo que tampoco, hay mucho, mucho más que unas dimisiones, mucha lucha de poder interna, falta de dirección, corrupción, mentiras, ... lo que nunca se puede permitir es que se "salte la Ley" y se siga campando a lo largo y a lo ancho. Lo que es muy preocupante que el señor Camps aumente en popularidad e intención de voto ¿a qué esperan una parte de nuestra sociedad para exigir trasparencia y justicia?

Será porque como no gustan Las injusticias y las cosas mal hechas -las de todos los lados o partidos políticos o sociales- hay que revelarse e intentar aportar soluciones, pero no conformarse ni callarse, ante lo se hace mal hay que solucionarlo, pidiendo disculpas y rectificando si es preciso, desde luego lo queno es de recibo es la callada por respuesta en nada.

Buen artículo hace reflexionar y meditar con todo lo que nos rodea, pero sin dejar de luchar por conseguir que las cosas mejoren y al que no le guste que se rasque si le pica.

No creo que la sociedad española esté callada o conformándose con lo que ocurre a su alrededor, no, no somos un país en decadencia, sabemos lo que queremos y para nada es la autodestrucción.

Saludos
MA

14 de octubre de 2009, 9:47